Lunes 4 de octubre. Lunes negro. Facebook, Instagram y Whatsapp no funcionan. En el metro no podemos leer móviles. Los que disponen de Telegram, continúan. Pero el resto de los mortales, por primera vez en mucho tiempo, nos miramos las caras en lugar de ver la pantalla del móvil.

Facebook ha emitido un comunicado en el que ha confirmado que la causa de la interrupción del servicio se ha producido por un cambio de configuración de los routers troncales que coordinan el tráfico de la red entre los centros de datos de la compañía. Esto ha provocado una reacción en cadena que ha detenido todos los servicios de Facebook. Es decir, ha caído Facebook y todo lo que Facebook administra.  

Los problemas de conexión de las compañías de Mark Zuckerberg no son ninguna novedad. El pasado mes de marzo, las redes sociales de Facebook sufrieron otra caída a nivel global que duró aproximadamente una hora y media y afectaron a gran parte del mundo.

En concreto, en esta ocasión el apagón afectó al 90% de los usuarios de Whatsapp, que tiene unos 2.000 millones de usuarios mensuales activos y es con diferencia en la aplicación líder de mensajería del planeta. Tal y como ocurrió en marzo, el fallo generalizado en las aplicaciones propiedad de Facebook podría encontrarse en un problema de los servidores.

Los empleados de Facebook no podían acceder a las instalaciones de la compañía. Workplace, la herramienta de comunicación interna de Facebook también dejó de funcionar y la mayoría de los empleados no pudieron  acceder a sus puestos de trabajo.